PARALELISMO

Dos mazas volando paralelamente. Eso es lo que no se ve en la fotografía. Por otro lado, sí se puede observar que la musculatura de mi cuerpo necesita la tensión óptima para alcanzar la amplitud y la altura necesaria. Al mismo tiempo, mis dedos de la mano derecha necesitan que esa tensión no llegue a la yema de mis dedos para que las mazas salgan con libertad y firmeza gracias a la parada del hombro.

Esta imagen recoge la tensión y la relajación. Dos sensaciones que se unen en un mismo instante. La disociación y la contradicción. ¿Cómo uno puede estar relajado y en tensión al mismo tiempo? ¿Cómo puedo estar triste y feliz a la vez? ¿Cómo deseo estar cómoda pero a la vez no saber vivir sin meterme en situaciones de vulnerabilidad, esas que me ponen a prueba?

Recuerdo el día que besé el tapiz tras mi último ejercicio en los JJOO de Pekín. Ese día lloré.
Podía haber sonreído de felicidad, sí, pero también lloré, porque justo en ese momento de máxima alegría mi cuerpo expulsó la parte más dolorosa del camino. Además, se trataba de un momento que había elegido yo. Abandonaba por decisión propia lo que más amaba y al mismo tiempo no deseaba despegarme de ese tapiz.

La vida está llena de contradicciones y es interesante darnos cuenta de que cuando sentimos que no entendemos lo que nos pasa, posiblemente se trate de una contradicción emocional. Ya solo entender que la tensión y la relajación deben existir y convivir juntas para que el lanzamiento sea perfecto tranquiliza.

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