Cuando Iratxe se despidió de mi…

25 octubre 2015 | Almudena

… me hizo este regalo.

LOS MOVIMIENTOS DE ALMUDENA

“Me acuerdo como si fuera ayer de aquella niña de coleta larga y piernas finas, flexibles y difíciles de controlar que entró por la puerta con los hombros caídos, y que mostraba la misma dosis de entusiasmo por aprender como de impaciencia cuando algo no le salía a la primera. Aquella niña que cuando era niña nunca creyó que sus movimientos eran especiales, que enriquecería la gimnasia con movimientos únicos, quizá, porque a esa edad es difícil creer en movimientos que encierran tanto potencial, tanto talento, algo que las entrenadoras siempre deberíamos tener en cuenta. Y es que confieso que ni yo misma pude imaginar lo lejos que tus movimientos nos llevarían.

Durante más de dos décadas he viajado contigo a cada rincón del mundo donde hay colocado un tapiz dispuesto para ser pisado con la dignidad que tu lo pisas; un tapiz testigo a la vez de tanto esfuerzo y placer, de tanta viveza y desesperación, de tanta creatividad y rutina. Nos conmovió ver cómo te despediste de él, con un gesto tan sencillo -un simple beso- que expresaba todo lo que hoy, difícilmente, quiero poner en palabras. Esa eres tú: la gimnasta que supo compaginar la sencillez y la espontaneidad de un gesto , con la complejidad de una dilatada carrera de las que enriquecen la historia del deporte.

Mes a mes, año tras año, también yo he sido testigo privilegiada de tu legado, de cómo y cuánto han aprendido de ti todos los miembros del equipo: técnicos, médicos, psicólogos; federativos, jueces, periodistas; varias generaciones de compañeras, cientos de rivales, miles de admiradores de esta disciplina.

Has traspasado todos los límites. Te convertiste en líder porque nos obligaste a todos a que dudáramos una y otra vez de la relación entre edad y rendimiento. La gimnasia mundial imitándote optó por prolongar la carrera deportiva de las gimnastas, lo que se tradujo en una gran mejoría técnica y artística. Encabezaste un desafío que pagabas con constancia, luchando contra todas las adversidades, superándote físicamente – no sé decir hasta dónde-, entregando lo mejor de ti en los peores momentos, esos en los que no todos confiaban en nosotras.

Personalmente todavía he aprendido más. He aprendido de tu afán por descubrir lo que pasa dentro y fuera de ti, de tu inquietud por conocerte, por construirte, cualidad que hoy destaco imprescindible cuando pienso en las carreras de las gimnastas jóvenes que tengo en mis manos. He aprendido a no tener miedo a los desencuentros porque sé que van seguidos de reencuentros. He aprendido de tus ilusiones, de tus deseos, y de tu compromiso. De las fuerzas que me prestaste cuando me faltaron, me enseñaron que eso también nos puede pasar a las entrenadoras. He aprendido, en definitiva, que tus movimientos sobre el tapiz son reflejo de los movimientos que has provocado en mí. Quiero agradecerte la oportunidad que me has dado, una oportunidad de 18 años.

Si, Almu, técnicamente toca separarnos, pero no sin que sepas que me quedo con una plácida sensación, mezcla de satisfacción, tranquilidad y fidelidad. Como entrenadora no se puede pedir más.”

No me véis pero lloro. Lloro por lo afortunada que me siento al pensar que la vigencia de sus palabras es infinita.

Te quiero Ira.

IRATXE

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Como recompensa para todas y todos los deportistas que han sabido llevar de forma ejemplar la cuarentena.