Hace unas semanas tuve un reencuentro con la periodista Carme Barceló. Ella y yo nos conocemos desde que, como gimnasta, abandoné Madrid y me fui a entrenar a Barcelona junto a Iratxe Aurrekoetxea. En Barcelona habíamos hecho algún reportaje dedicado a mi carrera deportiva.
Muchos años después nos hemos vuelto a juntar, esta vez en Madrid y con motivo del inminente estreno de la obra de teatro La Cocina de la que formo parte junto a otros 25 actores y mi paso por el deporte.
Fue un precioso reencuentro y saber que la mayoría de los apuntes que cogía tenían que ver más con el después de mi carrera deportiva me conmovió.
Reconozco que soy una persona a la que le gusta avanzar, y sobre todo redescubrirse. Estar sentada junto a Carme poniendo en alto muchos de mis pensamientos, hizo que parara y valorara hasta dónde mi inquietud y mis ganas me habían arrastrado.
Felicidad. Sí, eso sentí al hablar de todo lo que había emprendido tras ese abismo al que me enfrenté cuando sentí la jubilación golpeando mi puerta con tan solo 28 años.
“La felicidad sólo es real cuando se comparte” Christopher Mccandless.
Fotos Cristina González.
Maquillaje y peluquería Tacha Beauty.
